Nada es eterno y en
cuestión de economía menos, de hecho podemos observar con claridad que su comportamiento es cíclico porque
periódicamente se repiten las fases de auge, recesión, contracción y
recuperación.
En ocasiones estas
etapas pasan ligeras, y podemos sortearlas casi sin problemas, pero en otras,
su severidad ocasiona fuertes impactos tanto en las empresas, las
organizaciones y en las finanzas gubernamentales, repercutiendo directamente en
los hogares.
Por ello es
conveniente mantenerse alerta y estar siempre preparados para hacer frente a
todo aquello que pueda representar un desequilibrio en nuestros bolsillos y la mejor medida que podemos aplicar es la cautela.
Por una parte, se
recomienda formar y mantener un fondo
para afrontar imprevistos y para esto pudiera ser muy conveniente adquirir
algunas pólizas de seguros; y por otra parte, evitar
el derroche como una práctica permanente o como un estilo de vida.
Evitar el derroche
no significa dejar de comprar lo necesario, y si aprender a vivir con
austeridad, buscando optimizar nuestros recursos pero desde luego sin caer en
tacañerías, es decir, tomando conciencia de las limitaciones económicas que se
tienen, ajustando el consumo a las posibilidades reales de la familia y
fortaleciendo la capacidad de ahorro.
Estas medidas
permitirán que ante una situación difícil podamos mantener el equilibrio, y ante una situación de bonanza, estar en
posibilidad de aprovechar las oportunidades que se presenten, tanto para consolidar,
crecer o alcanzar un nuevo nivel de expansión.
Hasta la próxima!
Asi es pero tu no seas tacaño con los saludos y los abrazos . Te extrañamos Coco y Patricia
ResponderEliminarPaty, ¡Que gusto saber que estuviste por aquí!, ya lo sabes, para ti y para la familia un enorme y muy, pero muy cariñoso abrazo.
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